Keith Haring

Su pintura se acerca al movimiento de la libre figuración, entre el graffiti y la pintura Bad. Keith Haring se interesó temprano por el dibujo, que aprendió con su padre. Está impregnado de la cultura popular, el rock de los 70 y la cultura psicodélica. Keith Haring se inspira en los cómics y los dibujos animados, pero también en las producciones del movimiento Cobra. Keith Haring tomó cursos de dibujo publicitario hasta 1978 en la Ivy School of Professional Art de Pittsburg, donde descubrió la obra de Pierre Alechinsky. Luego estudió en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York.

Inspirado por los grafitis y ansioso por llegar a un público amplio, Keith Haring reviste las paredes del metro de Nueva York con sus "Dibujos del metro" dibujados con tiza en vallas publicitarias cubiertas con papel negro.

Tony Shafrazi se convirtió más tarde en su propietario de la galería, lo que le permitió al artista presentar su primera exposición individual en 1982, donde Keith Haring exhibió principalmente pinturas sobre lonas de vinilo.

La etiqueta Haring es un estilo fácilmente identificable que consiste en la repetición interminable de formas sintéticas resaltadas en negro. Es una historia permanente donde encontramos bebés de cuatro patas, delfines, televisores, perros ladradores, serpientes, ángeles, bailarines, figuras andróginas, platillos voladores, pirámides o despertadores en movimiento, pero también la sexualidad y el impulso de la muerte.

Detrás del aparente descuido de sus dibujos, Keith Haring nos habla de amor, felicidad, alegría, sexo, pero también violencia, explotación y opresión. Hacia el final de su vida, su obra estuvo marcada por una imaginación cada vez más abundante, pero más compleja desde que se dio cuenta de su estado seropositivo.

Uno de los pictogramas más conocidos del artista es el "bebé radiante".

Amigo de Andy Warhol, su trabajo lo llevó a colaborar con artistas como Madonna, Grace Jones, Timothy Leary y William S. Burroughs.

En 2008, el Musée d'art contemporain de Lyon presentó una de las exposiciones más importantes jamás organizadas en Francia en homenaje a Keith Haring. Habría cumplido 50 años en 2008. Como Keith Haring, llenando el lienzo, interfiriendo en los lugares más insólitos, llegando a cubrir objetos o cuerpos, la exposición invade el museo, toma posesión de lugares, sumergiendo al visitante en lo colorido, dinámico y abundante universo del artista.