Jorge Castillo

Jorge Castillo encarna la figura del creador español errante. Al poco tiempo de estallar la guerra civil española, su familia, profundamente republicana, se exilió en Argentina para huir de la barbarie fascista. Desde muy joven, abandonó los estudios y comenzó su producción artística a las afueras de Buenos Aires. Más tarde, su atracción por París le llevo a pedir la repatriación a España con la condición de realizar el servicio militar. Al acabar, pasó un tiempo en Madrid sin ningún tipo de recurso, lo que le forzó a vivir en calle hasta finales del año 1959. Al poco tiempo comenzó a dar visibilidad a su trabajo y llegó a ser seleccionado para la Bienal de Sao Paulo del año 1960. Posteriormente se trasladó a Barcelona, París, Italia, Berlín y finalmente en Nueva York, donde llega a tener contrato con la prestigiosa Marlborough Gallery de Nueva York.

La obra de este gallego internacional recopila las innumerables experiencias de su tránsito. Partiendo de una experiencia figurativa asociada a las creaciones surrealistas, su evolución le llevó a madurar un lenguaje más íntimo que habla de lo cotidiano y familiar. Se hicieron muy conocidas sus naturalezas muertas y, en su último periodo creativo, sus paisajes de la ciudad de Nueva York.

Nuevamente nos encontramos con un autor transfronterizo que ha experimentado los amargos sabores del exilio, pero que supo reinventarse y crear de la desgracia una virtud. Su obra refleja un lenguaje sin raíces sólidas que lo obliguen a permanecer alrededor de corrientes locales. Ha sabido elaborar un lenguaje propio lleno de referencias adaptadas a su necesidad creativa. Sus movimientos internacionales le brindaron la oportunidad de compartir y conocer técnicas e inquietudes creativas que, a su vez, proyectaba en sus seguidores y amigos dentro de España. De nuevo un autor que fue filtro y explorador de la modernidad para un pueblo, el español, que quería ver más allá de la neo-tradición.